
Está escrito...
Cuando lo conducían echaron mano de un tal Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús. Lo seguía mucha gente del pueblo y mujeres, que se daban golpes de pecho y se lamentaban por él. Jesús se volvió a ellas y les dijo: "Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad por vosotras y por vuestros hijos, porque vienen días en los que se dirá: Dichosas las estériles, los vientres que no han dado a luz y los pechos que no han amamantado" (Lc 23, 26 - 29)
Jesús quedó en manos de los judíos y, cargado con la cruz, salió hacia el lugar llamado "la calavera", en hebreo "Gólgota", donde lo crucificaron (Jn 19, 17 - 18)
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